Después de lo vivido durante la pandemia, donde se han implementado modelos de trabajo con diferentes tonalidades en cada uno, es a veces difícil encontrar cuál será el más conveniente para mi empresa.
La realidad es que es imposible que una misma fórmula le calce a todos porque:
- Cada negocio es diferente y luego de la pandemia los hábitos de los clientes cambiaron según industria
- Cada área de la empresa tiene sus particularidades
- Cada generación de la fuerza laboral tiene sus peculiaridades
- Cada empresa tiene desafíos financieros de diferentes magnitudes
Lo que sí es constante, en la ecuación para definir el modelo de trabajo en esta etapa de re-activación, es la flexibilidad, y probablemente la misma fue realmente la que llegó para quedarse.
Si bien es cierto, trabajar desde casa tiene ventajas, especialmente para los que pasan horas desplazándose o para disminuir gastos de viajes de trabajo, también es cierto que la camaradería y cohesión del equipo cuando está presencial difícilmente se puede remplazar.
La “reunionitis virtual” se ha vuelto pesada en muchas cargas laborales y el poder dividir los espacios entre casa, oficina y recreación retornan como algo aspiracional.
En fin, mi reflexión corta es: no hay respuesta correcta ni fórmula única, pero si pensamos en el bienestar de nuestros colaboradores, si ellos están tranquilos y cómodos, seguramente atenderán a nuestros clientes con mayor esmero. Creo que lo más posible es que regresemos con modelos híbridos que nos den eficiencia en uso del espacio y bajar gastos de alquiler; y que nuestros colaboradores incrementen su productividad al saber que tienen la flexibilidad de regresar a la oficina y trabajar desde casa cuando amerite.
Eda Ramos de Pereira
CEO, Grupo Siuma