La hoja de vida de todo buen profesional es, sencillamente, su mejor tarjeta de presentación. Ella sintetiza la historia laboral y de formación desarrollada y apunta a la proyección personal en el tiempo. Debe por ello ser bien pensada, enfocada, diseñada, confeccionada y presentada. Ser veraz en todas sus partes, compendiada pero con un contenido suficiente – extensión máxima de hasta dos páginas- como para informar a un contratante interesado y abrir espacios que inviten a una entrevista personal.
Los formatos de presentación pueden variar, incluso dependiendo del campo profesional. Pero nunca se debe sacrificar el fondo por la forma. El relato debe ser en orden inverso, de lo más reciente a lo más distante. Como datos personales reducirse incluso sólo a los de contacto. En el capítulo de experiencia, ser muy puntual en funciones y destacar los logros reales y ojalá cuantificables obtenidos en cada una de ellas. Informar sobre líneas de supervisión/dirección y reporte jerárquico dentro de la estructura organizativa de cada empresa. En el capítulo relativo a la formación, apuntar sólo hacia los títulos universitarios dando preferencia a los que implicaron mayor extensión de tiempo. Obviando los de corta duración: seminarios y cursos breves que pueden distraer la atención del lector.
Recordar la máxima que dentro de un umbral de espacio y tiempo la hoja de vida debe invitar al lector a concretar un encuentro.
Consideraciones para que una trayectoria logre el impacto deseado y lo pueda comunicar a través de una hoja de vida:
- Trate siempre de prepararse y contratarse en empresas que le aseguren un desarrollo profesional ascendente, hacer carrera profesional exitosa en el tiempo. Muchas de las mejores oportunidades de trabajo no tienen que ver tanto con ganar más dinero sino con adquirir más y mejor experiencia. El componente compensatorio vendrá en el futuro aparejado a ello.
- Enfóquese en lo que le gusta hacer. Sin embargo, esté preparado a esforzarse y trabajar intensamente, ya que el éxito en el trabajo viene acompañado del esfuerzo sostenido que se ponga en él.
- Acompañe el desarrollo profesional de una planificación orientada por metas, y revíselas periódicamente. Los cambios constantes y disruptivos son la tónica de nuestra realidad laboral.
- Destaque las competencias blandas que se han desarrollado a lo largo de su trayectoria y déjelas entrever en su relato de hoja de vida de manera directa. Recordar que ellas son las constantes de éxito en este mundo laboral tan cambiante.
- Demuestre un buen aprovechamiento de las oportunidades de formación y educación tenidas a lo largo de su formación. Recordar que la formación continua y el factor incremental del conocimiento debe ser la tónica permanente en su vida profesional.
- Comprenda que el éxito no es fácil sino que es producto del esfuerzo continuado que te hace ser mejor profesional y persona.
- Deje siempre una estela de buen desempeño, competencias y buenas relaciones en cada experiencia laboral tenida. Las referencias laborales son la validación de toda hoja de vida que se precie de ser exitosa.
En fin… que la hoja de vida refleje que cada experiencia de trabajo te ha dado la oportunidad de invertir tu tiempo activo de manera productiva aprovechando cada oportunidad laboral.
Ana María Mantovani
Directora Asociada, Top Executive Search